La llegada del buen tiempo nos invita a realizar pequeños cambios y tareas de mantenimiento en la casa: Una de ellas es la retirada de alfombras. Hay que limpiar y enrollarlas para almacenarlas adecuadamente. Hacerlo bien garantiza que  nos duren muchos años en perfectas condiciones.

Las alfombras que durante el invierno nos han aportado calidez, cuando llegan los primeros calores pueden además suponer un cúmulo de polvo y ácaros que con el calor puede resultar poco sano.

Aquí tienes unos consejos para encontrarlas impecables cuando llegue el otoño.

·Para mantener los colores vivos inalterables puedes derramar de vez en cuando sal sobre la alfombra, dejar actuar un rato y luego aspirar de forma habitual.

·Para eliminar los malos olores, incluido el tabaco o el de mascotas, se puede espolvorear bicarbonato y pasar a continuación la aspiradora.

·Las manchas más habituales se quitan frotando con un cepillo embebido en agua con vinagre o bien en agua con un chorrito de amoniaco.

·Las manchas de cera que hayan podido caer de una vela se eliminan con la plancha. Se pone la zona manchada del revés sobre la tabla de planchar cubierta con papel de estraza y se plancha bien caliente para que la cera se deposite sobre el papel.

·Si la alfombra se ha hundido en la zona donde se asientan los muebles, sofás y sillones, unos trozos de hielo le harán recuperar su forma habitual.

CÓMO GUARDAR LAS ALFOMBRAS

Se puede recurrir a una limpieza profesional cuando se trata de una buena alfombra. Si no tienes presupuesto para llevarla a la tintorería lo mejor es realizar las tareas de limpieza en casa y después enrollarla con unas bolas de naftalina y unas hojas de laurel para mantenerla a salvo de la polilla pero nunca doblarla.

Finalmente hay que sellar con una cuerda o bien con una cinta adhesiva de embalar. Si es posible, lo mejor es guardarla horizontalmente.